Un viaje arqueológico por la costa gaditana
Esta publicación nace con un objetivo claro: socializar el conocimiento histórico y arqueológico de Conil y su entorno litoral. A través de una mirada comprometida desde la Arqueología Social, el libro ofrece una síntesis rigurosa y accesible sobre cómo vivieron, trabajaron y se organizaron las distintas sociedades que ocuparon este rincón del Atlántico gaditano desde la Prehistoria hasta la Edad Media.
¿Qué encontrarás en sus páginas?
El libro presenta, con base científica, las evidencias arqueológicas descubiertas en la zona de Conil y la comarca de La Janda, que abarcan:
- Las sociedades prehistóricas que vivieron en condiciones de igualdad primitiva y organización tribal.
- El proceso de jerarquización social que se dio durante la Prehistoria Reciente.
- El desarrollo de la pesca y otras explotaciones marinas desde tiempos remotos.
- La evolución del control del territorio y la estructura social hasta llegar al campesinado medieval y la configuración del mundo rural en la Edad Media.
Todo ello se enmarca dentro de la llamada Banda Atlántica de Cádiz, una franja litoral con un patrimonio arqueológico riquísimo que apenas ha comenzado a explorarse y ponerse en valor.
¿Por qué es importante?
Porque para comprender el presente, es imprescindible conocer el pasado. Este libro rescata la historia de las comunidades que vivieron antes que nosotros en este territorio, y que conformaron una idiosincrasia propia basada en la agricultura, la ganadería y la relación íntima con el mar.
Aquí no hay relatos épicos ni batallas glorificadas: hay vida cotidiana, huellas de personas anónimas, restos de redes de pesca, silos agrícolas, fragmentos cerámicos y estructuras que permiten reconstruir una historia desde abajo. Una historia que forma parte de todos.
Una mirada desde la Arqueología Social
Lejos de la arqueología tradicional centrada en monumentos o élites, esta obra se inscribe en un enfoque contemporáneo y comprometido: la Arqueología Social. Desde ahí, se ha intentado explicar la vida cotidiana de estas sociedades antiguas, entendiendo que el Patrimonio es un valor social, no solo histórico o artístico.
El autor defiende que el registro arqueológico debe ser dignificado, ya que nos ofrece las claves para entender cómo se organizaba el poder, cómo se explotaban los recursos y cómo surgían las desigualdades… siglos antes de que existieran los mapas tal y como los conocemos.
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