Cuando el fuego borra la historia… los archivos hablan
Los siglos XVII y XVIII son, para muchos pueblos de la Serranía de Ronda, una etapa oscura. No por falta de vida o acontecimientos, sino por la pérdida masiva de documentos históricos. Durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, muchos archivos municipales (incluido el de Benaoján) fueron destruidos. Lo que se perdió en esas llamas fue más que papel: fue memoria colectiva.
Pero no todo está perdido. Este libro nos demuestra que la historia aún puede recuperarse, gracias a fuentes externas como el Catastro de Ensenada.
¿Qué es este libro?
Una reconstrucción detallada de la vida en Benaoján a mediados del siglo XVIII, basada en las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Una fuente documental de primer orden que permite conocer cómo era la villa serrana tras el declive del siglo XVII y durante su proceso de recuperación económica.
¿Qué vas a descubrir entre sus páginas?
- El contexto histórico de Benaoján desde la expulsión de los moriscos en 1570 hasta la reconstrucción del siglo XVIII.
- Cómo se vivía en esta villa montañosa: su economía rural, los oficios, la agricultura, el comercio y las dinámicas sociales.
- Un retrato humano de los vecinos que, con esfuerzo, levantaron el pueblo tras décadas de pobreza.
- Una mirada documental sólida, que recupera lo que el fuego intentó borrar.
Este libro no es solo historia, es reconexión con las raíces de un pueblo que supo rehacerse.
¿Qué fue el Catastro de Ensenada?
Impulsado por el Marqués de la Ensenada en 1749, fue una macroencuesta fiscal que recopiló datos socioeconómicos de casi todos los municipios del reino, con el fin de crear un sistema impositivo más justo y proporcional a la riqueza real. Gracias a él, hoy podemos saber quién vivía dónde, qué tenía, qué producía y cuánto valía.
En el caso de Benaoján, se convierte en una fuente clave para recuperar el pulso de la villa en uno de sus momentos más determinantes.
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